Skip to content
Home » Cumpleaños al revés

Cumpleaños al revés

    Happy Birthday, I was going to drink anyway

    Los cumpleaños solo tendrían sentido para mí si fueran números llamados en una cuenta regresiva.

    “Oye, ¿solo menos 3? Lo siento mucho… ¡vamos, aprovechémoslo para vernos más, hacer mierda, emborracharnos como bestias!” sonaría más auténtico que “Oye, son 35, apenas sé tu nombre, ¡pero cien de estos días! Nos vemos el año que viene, siempre y cuando no te mueras antes, o si nos cruzamos por la calle y nos despedimos al día siguiente”.

    Sin mencionar “¡Oye, menos 84! Que envidia, quien sabe que vida tan espléndida vas a tener, solo me faltan 12” en lugar de “Felicidades, eres mayor de edad, a partir de ahora tu también tendrás muchos pensamientos, facturas y domingos de trabajo para desfrutarte”.

    No, de verdad: sarcasmo aparte, los cumpleaños me emocionan tanto como Navidad, Semana Santa y Año Nuevo juntos.

    Sin mencionar mis cumpleaños.

    Perdí interés, creo, justo antes de entrar en el mundo mágico de los adolescentes. Desarraigado de mi barrio, sin más bicicleta y viaductos para andar libre y salvaje, sin partidos de fútbol callejero 20v20, me encontré arrojado a una realidad de cemento gris, llena de autos y poblada por la desconfianza, cuando no precisamente por la cortés hostilidad (un típico rasgo de Sampierdarena, en Génova).

    La última preocupación, en ese contexto, consistía precisamente en a quién invitar a una hipotética fiesta y qué igualmente hipotéticos regalos recibiría. Sin amigos y sin incentivos para hacerlos, en pleno esplendor de los 80 llegué incluso a conquistar el título de chico menos popular de la escuela. Y no sucedió como en las habituales películas generacionales estadounitenses, donde el patito feo despierta al hermoso cisne en los albores de sus 18 años: el patito feo se mantuvo esencialmente así hasta pasados ​​los 30, con picos de bochorno y silencio registrados en raros cumpleaños, celebrado da conocidos y padres preocupados.

    Ahora, llegado a 50, algo tenía que cambiar y, de hecho, hay que reconocer que ha cambiado mucho: empezando por mí mismo, que con épicas bofetadas y un enorme esfuerzo, me he vuelto un poco menos áspero y antisocial, incluso capaz de rodearme de seres humanos medios llevaderos y de hablar entre nosotros al menos un cuarto de hora al día.

    Básicamente, sin embargo, mi opinión sobre los cumpleaños (y los aniversarios en general) sigue siendo la misma. Celebra a quien quieras, pero ahorrarme. Y no esperes que yo hurgue en tu perfil de Facebook para desearte lo mejor.

    A la única persona a la que le permito la carga y el honor de recordar mi fecha de nacimiento es a mi madre, principalmente porque a ella le encanta echarme en cara la duración del trabajo de parto y estamos de acuerdo en que no salió una obra maestra.

    Ustedes, por favor, no traten de extorsionarme la fecha, no la marquen en su calendario como si estuvieran más interesados ​​en una promoción imperdible de frijoles mexicanos en el supermercado étnico local. Cancela ese día de tu memoria, como cada vez que a mí mismo se me olvidaba preguntarte cómo estabas, y tal vez necesitabas, una palabra cariñosa, en cualquier día que no era tu cumpleaños y llovía a cántaros.

    Por último, me dirijo a los poquísimos que de verdad me soportan y me quieren: ya deben saber que no es falso pudor, es que nunca he sido capaz de aprender y respetar ciertas convenciones. Quedan tan apretados como los cuatro zapatos y corbatas que recibí como regalo.

    Ten piedad de este hombre limitado e imperfecto, pródigo en abrazos sin sentido y bromas inoportunas. A fuerza de andar descalzo y en pichi, he perdido mi número y no sé cuánto falta para que acabe la cuenta atrás.

    Pero tal vez sea lo mejor. Sí, sé que es amargo, pero al final es mejor así, créeme: para mí y sobre todo para ti, porque no conozco forma más sincera de corresponder tu cariño.

    / 5
    Thanks for voting!

    Leave a Reply

    Your email address will not be published. Required fields are marked *

    This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.